Ser agradecidos

Ser agradecidos es ser libres, es santificarse, es ser feliz no solo verse feliz; es estar en plenitud. Y la verdad es que muchas veces no podemos dar gracias por lo que no tenemos.

Si vemos nuestra experiencia de vida y revisamos bien nuestro comportamiento como cristianos, podemos comprender que si estamos esperando algo más, se nos hace muy cuesta arriba entregar nuestra vida a Jesús. Estamos tan vacíos menospreciando la plenitud del que lo llena todo que estamos esperando llenarnos con otras cosas.

Es impresionante como el enemigo «se viste como Ángel de luz»  (2 Corintios 11:14) y su misión es parecerse tanto a la verdadera Luz que es Cristo, que hay hoy día un Evangelio Materialista y de la Prosperidad tan popular que te dice que Dios quiere que tengas más. Y la verdad es que su palabra nos dice por todos lados que estemos agradecidos con lo que tenemos. Que busquemos las cosas de arriba, que busquemos el Reino y su justicia. Que seamos llenos del Espíritu Santo.

La Gratitud genuina nos da paz, nos da plenitud en Cristo quien lo llena todo, sí así es, todos los vacíos existenciales. Al ser agradecidos y conscientes de la Gracia nos ayuda a no estar en ese estado de falsa seguridad y confianza sino que permanecemos velando y siendo prudentes, dependientes absolutamente de Dios.

Debo decirte que el mundo está ansioso por tener paz y tranquilidad y en su afán por alcanzarla se esclaviza a sí mismo, pero al ver esta paz que traspasa el entendimiento del mundo es donde comienza a brillar la luz de Cristo, por eso sigue agradeciendo, deberías en este momento agradecer por entender estas cosas.

Combatiendo el Materialismo

Una de las formas de combatir el materialismo es entender que de verdad es por Gracia todo lo que viene de parte de Dios. Esto nos hace verdaderamente libres, sabiendo que lo natural fuera de Dios siempre tiene la capacidad de destruir al hombre. Por eso Dios nos dejó el Espíritu Santo para que nos guíe frente esto que es tan poderoso y tan fácil de introducirse en nuestro corazón.

Mientras más nos llenamos del Espíritu Santo y más nos sumergimos en el conocimiento de Dios como padre y como señor todo esto no podrá alcanzarnos o impresionados sino que estamos revestido de Cristo, de su carácter y su humildad.

Recordemos que donde está nuestro tesoro también estará nuestro corazón. Un corazón gobernado por el Espíritu Santo es un corazón que no busca el éxito personal de manera egoísta, busca la integridad, obedecer, fidelidad, conocer más a su Padre. No busca ser reconocido o exitoso en el mundo. No se afanan por esta vida sino quieren permanecer íntegros para el Señor.

Volviendo a Job debemos ver que en todo debemos dar la gloria a Dios, en la tristeza, en tribulación, en dolor, en angustia, en todo Glorificar a Dios. Y no estar perdidos y sumergidos en nuestros sueños.

Esto no es una licencia para ser irresponsables, o desconocer las autoridades que por voluntad de Dios están en el mundo, nuestros jefes en nuestro trabajo, se trata de tener el corazón Agradecido.

No olvidemos ni un segundo, el mundo siempre cree y vive pensando que merece más. Dios escogió a lo vil y despreciable del mundo para avergonzar a los sabios (1 Corintios 1:25-29).

No merecíamos todo lo que Dios nos ha dado, pero aquí estamos hoy llenos de tanta bendición. Disfruta en libertad lo que en su voluntad Dios te ha dado y Glorifica a Dios a través de eso Y muestra la luz de Cristo en tu vida.

Jesús es lo más valioso que tenemos, si Jesús no nos llena hoy, y no queremos pasar tiempo con el hoy, dejarlo ser nuestro Señor y que esté en todo, la realidad es que no hay nada para nosotros en el Cielo, porque allá estaremos con Él por toda la eternidad.

Nuestra libertad del materialismo la tenemos en Jesús.

«A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.

¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.

Isaías 55:1-2″

«Si el SEÑOR no edifica la casa en vano trabajan los que la edifican. Si el SEÑOR no guarda la ciudad en vano vigila el guardia. 

(Salmo 127:1)»

 

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