Tiempos difíciles
Vivimos tiempos difíciles y complejos, es como un cliché que leemos todos los días por todos los medios, y ahora que lo pienso desde que tengo uso de razón mi madre siempre nos decía que la vida era más difícil de vivir que antes. Es como ese letrero que dice “hoy no se fía mañana sí” en este caso sería como “hoy está mal mañana peor”
Piensa en “la decadencia” de la humanidad.
El punto es que cada persona está viviendo una guerra, batallando como puede y escuchando silbar las balas sobre su cabeza y pienso que no hay nada peor que encontrarse solo en medio de una batalla, desalentado y sin nada con que defenderse. En 2005 me tocó vivir una experiencia parecida a una batalla en solitario, no había balas silbando, pero podía sentir lo abrumadora que puede ser la selva montañosa del centro de Venezuela, sobre todo en las noches. Me hace recordar a Pablo preparando a su Hijo Espiritual Timoteo:
“…En los postreros días vendrán tiempos peligrosos…”
(2 Timoteo 3:1)
Siempre vemos a Pablo alentando a la iglesia?
Conociendo la incertidumbre que existía entre los creyentes perseguidos y entendiendo que todos creían estar viviendo los últimos tiempos, pues el mismo tuvo sus propias batallas, pruebas y luchas en carne propia, como tú y como yo. Por eso siempre les invitaba constantemente: “…animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.” (1 Tesalonicenses 5:11)
Comunicar Consuelo
Pablo, fiel imitador del Señor Jesús naturalmente estaba motivado a alentar a las iglesias que estaban dispersas y perseguidas. Pensemos un poco en toda la maldad que vivió la iglesia primitiva, crueldad, muerte, humillaciones, persecución, etc.
Por esto es que en cada carta hay esa necesidad de mostrar la preocupación y el amor, expresados en mensajes de esperanza. Y hoy día con toda la lucha individual y colectiva que cada uno de nosotros vivimos, aislados y me atrevo a decir que desesperanzados; anhelamos tener un poco de aliento de “amor no fingido”, un poco de afirmación, un compañero de batalla en esta lucha tan cuesta arriba. Alguien que te haga saber que dobla sus rodillas por ti y que es consciente de tu lucha.
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.”
2 Corintios 1:3-4
Pienso en la simplicidad que está inmersa en hacerle saber a alguien que sabemos que existe y que empatizamos con su pelea. Alguna vez te ha pasado que te hayas peleado como sin fuerzas y de repente alguien que ni siquiera sabía que decirte solo te alentó a continuar, y esta simple afirmación -que estoy seguro viene de Dios- te da esa gota de aliento para seguir adelante?
Recuerdo todas esas veces que quise decir algo y no lo hice, y me doy cuenta de que en ocasiones ni siquiera importa mucho la sabiduría con que digamos algo o lo emperifolladas que sean las palabras, sino el valor que tiene algo que es deliberadamente expuesto y comunicado. Piensa en esa nota o ese mensaje que te saco una sonrisa o una lágrima; que te recordó lo que Dios ha hecho en tu vida.
Hablemos
¿Conoces a alguien que sabe que está en un momento complicado, un momento difícil, que está luchando esta batalla?
Entonces es bueno que estés doblando tus rodillas y tu corazón al Señor por esa persona o por esas personas, en principio debemos confiar en los procesos que el Señor nos pone. Pero no es necesario intervenir en un proceso o lucha, para alentar solo debes comunicar, y con la guía del Espíritu de Dios puedes ser de gran consuelo, esa gota de amor transformada en gozo.
Invierte ese tiempo deliberado, planificado y pensado para hacerle saber a esa persona tus pensamientos, porque aunque parezcan tontos o poco sabios pueden convertirse en alegría para alguien más. Ora, pide la dirección de Dios y escribe algo que transmita el amor de Cristo, da tu vida por los tuyos, por lo que han sido puestos en tu camino. Piensa en que las más grandes revelaciones y el evangelio está escrito en cartas y mensajes.
“habiendo leído la carta, se regocijaron por la consolación”
Hechos 15:31