Una vez leí la letra de una canción:

» Que sutil es la esclavitud!
ya no sentimos el látigo que nos resuena en la espalda, es la nueva esclavitud«
Recuerdo que hacía referencia como el sistema mundo nos mantiene tan ocupados y esclavos de ciertas cosas, pero es tan sutil que no nos damos cuenta.
Una vez una mujer piadosa me dijo «es peor condición la del esclavo que no sabe que lo es».

Y al ver está imagen reflexionaba sobre cómo sutilmente -desde los pioneros que llegaron a América, los primeros cristianos, hasta la fecha- hemos ido sacando a Dios y sus atributos de todas las cosas que fueron establecidas a través de principios y convicciones emanadas de su esencia, perfección y dichos atributos.

Pensaba en cada cosa que la esclavitud, ese estado sutil que algunos aman y que para otros es subliminal; nos ha ido robando, como la familia eso que de niño me enseñaba un maestro: -«Leonel, la familia es la base de la sociedad»

Y yo lo miraba asustado por no entender que me trataba de decir, y asombrado de escuchar una palabra profunda a mis 8 años, «sociedad». Pero él nos miraba con cariño, con el cariño de un maestro por sus alumnos poco letrados en temas tan profundos.

Pero dentro de lo grave, lo más grave que hemos ido haciendo como sociedad y como cristianos, es sacar SUTILMENTE la Biblia de las Iglesias y de la sociedad, también la Santidad de Dios «sin la cual nadie verá al Señor»
Hebreos 12:14

La Esclavitud Subjetiva

Nosotros, la sociedad, no queremos ser Santos, no queremos que un Dios tres veces Santo nos diga como tenemos que vivir nuestra esclava vida. Orgullo y Egoísmo, no hay rasgos más terribles y temibles que estos cuando se adueñan de nosotros!

Hay tantas cosas sutilmente perdidas. Pienso en esa noticia sobre el oso que vivía atrapado en una jaula imaginaria después de estar años amarrado a una cadena, aún sigue dando vueltas alrededor de esa estaca imaginaria.
Así estamos como Sociedad; dando vueltas sobre una estaca, perdiendo a la familia, los hijos, padres, hermanos, esposas, educación.

Hemos perdido la noción verdadera de lo que es ser un hombre y una mujer, estamos dando vueltas alrededor de una etiqueta: machismo o feminismo. Hemos desvirtuando la santidad del matrimonio, de la unión santa de un hombre y una mujer pero sobre todo hemos hecho menos que el polvo el fruto de esa unión, un bebé, una vida. Si lo piensas el resultado de esa unidad santa debería ser la vida, y no la muerte, no el desastre sin precedentes que dejamos los hombres al ser pseudo hombres. Esa cadena sin fin que nunca termina.

Podría enumerar más cosas, leyes, moral, valores y muchas cosas tangibles que también sutilmente fuimos dejando de lado hasta llamarlas «subjetivas»
Y por eso ya fuimos advertidos:

«¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!» Isaías 5:20

 

Piensa en Esto

Sé que si llegaste hasta aquí puede que estés pensando en la subjetividad, pero sobre todo en quien soy yo para decir estas cosas. Pero sabes, no es importante lo que piensas sobre mi, al fin y al cabo, comparto esta sociedad contigo y con todos los demás.
Pero te invito a guardar la fe sin la cual nadie agrada a Dios y la santidad sin la cual nadie lo podrá ver.

También quiero que pienses lo que le reflexionaba con una gran amiga hace un tiempo atrás, si no quieres pasar tiempo con Dios ahora, si no quieres ser santo, para que quieres ir al Cielo ?
Allá estaremos eternamente con Jesús como Rey y Señor y toda la santidad del cielo estará ahí por toda la eternidad. Con quien vas a estar allá? Suponiendo que pudieras, con quien te juntarías allá? No habría escapatoria, no habrá una habitación sola, o audífonos para escuchar música y evitar enfrentar nuestros pensamientos, los gritos del Espíritu dentro de nosotros. No estará el mundo ni las sutilezas. No habrá esclavos de esclavos.

Mi abuela siempre me decía «estudia porque el conocimiento es algo que nadie podrá robarte»
Y yo usando en parte las palabras de una señora desgastada por la vida, por este mundo, te digo:
guarda tu fe y la santidad porque es algo que este mundo quiere robarnos, para esclavizarnos, te digo estas palabras con mucho temor y me las digo a mi con preocupación casi gritando y sacudiendo mi alma para mantenerme despierto y alerta.

«Sean ustedes santos, porque yo, el SEÑOR, soy santo, y los he distinguido entre las demás naciones, para que sean míos.»

(Levítico 20:26)

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